El País – 5.000 megavatios en territorio wayuu

«Hay quienes reciben con los brazos abiertos a las empresas, quienes quieren paralizarlo y los que apuestan por el desarrollo pero de manera controlada»

«Cuatro de la mañana en una ranchería, en algún lugar de la zona norte extrema de la Alta Guajira entre Taroa y Nazareth. El putchipu (palabrero) Odilon Montiel saluda para hacer saber a las autoridades tradicionales que ya ha soñado, y que ha sido reconfortante. Es el momento y la hora en la que los wayuu —pueblo originario de la península de la Guajira, sobre el mar Caribe, que habita principalmente en un territorio entre Colombia y Venezuela— comparten sus sueños, interpretan sus mensajes y toman las decisiones que pueden marcar el devenir de sus familias o clanes. Es el momento solemne de la palabra en mayúsculas, la que no necesita más que ser pronunciada para convertirse en compromiso inquebrantable.

En ese instante el putchipu comparte con las autoridades tradicionales la situación que se avecina sobre la Alta Guajira, ese lugar al que ni siquiera José Arcadio Buendía llegó en sus 100 años de soledad; ese lugar al que únicamente se llega atravesando pistas de arena que solo los habitantes conocen; ese lugar santuario de todas las deidades de este pueblo nativo; ese lugar donde se encuentran los cementerios en los que se deben realizar tres enterramientos de cada cuerpo si se quiere que las almas vayan al Je’pira, el espacio sacro de las almas wayuu. En pleno 2020, este lugar funciona al ritmo que marcan los dioses y en donde la palabra y el respeto a las normas culturales se convierten en una cuestión de honor.»

Extracto del artículo firmado para la sección Planeta Futuro en la versión digital del diario El País por Adriana Ciriza y Mikel Berraondo, CEO y socio de AKUAIPA Transformation respectivamente, especialistas en derechos humanos.

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